Un nuevo estudio muestra lo devastador que puede ser un diagnóstico de deterioro mental: los investigadores encontraron que las tasas de suicidio aumentan de forma marcada en los meses tras recibir la noticia.
El estudio, de casi 148,000 pacientes mayores del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de EE. UU., observó los diagnósticos de deterioro cognitivo leve (DCL), que con frecuencia, aunque no siempre, es un precursor de la demencia.
"El riesgo de intento de suicidio fue un 73 por ciento más alto en los pacientes que habían recibido un diagnóstico reciente de DCL y un 44 por ciento más alto entre los que habían recibido un diagnóstico reciente de demencia", en comparación con los pacientes sin este tipo de diagnóstico, reportó un equipo dirigido por Amy Byers, del Sistema de Atención de la Salud de Asuntos de Veteranos de San Francisco. Los investigadores reportaron sus hallazgos en la edición del 24 de marzo de la revista JAMA Psychiatry.
El mensaje para los pacientes y sus personas más allegadas está claro, según Jami Halpern, neuropsicóloga del Instituto de Neurología y Neurocirugía de Northwell Health, en Great Neck, Nueva York.
"Tras un diagnóstico, los pacientes, sus seres queridos y los proveedores deben ser conscientes de un aumento en los síntomas de depresión, por ejemplo, un mayor retraimiento social, apatía, un aumento en los sentimientos de tristeza, un aumento en el llanto y en los pensamientos suicidas, por mencionar algunos", dijo Halpern, que no participó en la investigación.
Según Byers y sus colaboradores, aunque se han realizado estudios sobre el riesgo de suicidio en las personas con demencia, su investigación es la primera que observa las conexiones entre el DCL y el suicidio. Según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), el DCL implica "un declive ligero pero notable en las capacidades cognitivas, lo que incluye a la memoria y a las habilidades de pensamiento. Una persona con DCL tienen un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer u otras demencias".
Enterarse de que uno sufre de la afección puede ser, por supuesto, psicológicamente preocupante. Para averiguar qué tan dañino puede ser un diagnóstico de deterioro cognitivo a nivel psicológico, el grupo de San Francisco observó cinco bases de datos de casi 148,000 pacientes de la VA, con una edad promedio de 74 años. Se recolectaron datos entre finales de 2011 y otoño de 2013.
Más de 63,000 miembros de la cohorte, compuesta sobre todo por hombres blancos, ya contaban con, o recibieron un diagnóstico de demencia, y más o menos 21,000 fueron diagnosticados con un DCL. Alrededor de 63,000 no tuvieron un diagnóstico de este tipo, y se utilizaron como grupo de comparación.
Un diagnóstico "reciente" se definió como cualquier persona que hubiera recibido la noticia de su médico tras 2011.
Según los investigadores, los intentos de suicidio fueron poco comunes, pero fueron más comunes en las personas con un diagnóstico reciente. En total, 138 pacientes con DCL (un 0.7 por ciento) y 400 pacientes con demencia (un 0.6 por ciento) intentaron suicidarse, frente a 253 pacientes (un 0.4 por ciento) que no sufrían de ninguna de las dos afecciones.
Tras ajustar por ciertos factores demográficos y cualquier antecedente de otras enfermedades mentales, las probabilidades de intento de suicidio aumentaron de forma sustancial en las personas recién diagnosticadas de DCL o demencia, encontró el grupo de Byer. Al contrario, las personas con un diagnóstico más antiguo de DCL o demencia no experimentaron ese aumento en el riesgo.
Es probable que el momento en que ocurre el diagnóstico sea clave respecto a los intentos de suicidio por muchos motivos, señalaron los investigadores. En muchos casos, las personas en una etapa muy temprana de deterioro cognitivo todavía son capaces de comprender lo que la demencia conlleva. Podrían "prever un deterioro cognitivo y funcional progresivo, temer a la pérdida de la autonomía, y preocuparse por convertirse en una carga para sus seres queridos", comentaron los investigadores. Anotaron que el sentimiento de ser una "carga" para los demás es un factor de riesgo bien conocido del suicidio, en general.
Las personas en las primeras etapas del deterioro mental también son mucho más capaces que las personas con una demencia en toda regla de planificar y llevar a cabo un intento de suicidio. Los medios de hacerlo (por ejemplo, las armas de fuego) quizá todavía estén disponibles en casa, porque unos familiares preocupados todavía no los hayan sacado.
Byers y su equipo enfatizaron que, en algunos casos, el DCL se diagnostica pero que nunca progresa hasta la demencia. De hecho, algunos pacientes con DCL pueden "permanecer estables o incluso revertir a un estatus de cognición normal", de forma que no se debe considerar una afección que condene a una persona a la demencia.
Afirman que los hallazgos resaltan la necesidad de "una detección, un tratamiento y una gestión tempranas de estos síntomas [psicológicos] a través de los servicios de salud mental" en las personas diagnosticadas con un DCL o demencia.
Halpern se mostró de acuerdo, y dijo que hay otras señales de advertencia.
"Los sentimiento de desesperanza, inutilidad o la expresión de sentirse una carga también son indicadores potenciales que se deben tomar en cuenta", enfatizó. "Otras señales podrían incluir una mejora repentina en el estado de ánimo sin ninguna causa aparente o regalar los artículos personales, que pueden ser indicadoras de la intención de llevar a cabo un plan de suicidio".
Y aunque es un tema del que muchos cuidadores "rehúyen", hablar con los pacientes directamente sobre cualquier pensamiento de suicidio que quizá tengan puede ser esencial, aseguró Halpern.
"Con frecuencia, los seres queridos no desean hacer estas preguntas por el temor de que desencadenen unos pensamientos de suicidio que no existían antes", dijo. "Pero no es así, y con frecuencia los pacientes divulgan este tipo de pensamientos a los familiares o proveedores cuando se lo preguntan, y aceptan ayuda".
Y también está el tema de las armas de fuego y las pastillas letales.
"Es importante que los cuidadores y familiares eliminen el acceso a cualquier medio potencial de suicidio, por ejemplo los medicamentos o las armas de fuego que haya en la casa", planteó Halpern.
Por otra parte, "conectar a los pacientes pronto con los servicios, por ejemplo un psicoterapeuta o un psiquiatra, podría ser lo más útil para mitigar los sentimientos de depresión y reducir la ideación suicida", añadió. (HealthDay, traducido por holadoctor.com)