La campaña electoral para las elecciones presidenciales de febrero del 2021 se hará sin mítines, conciertos o concentraciones. La pandemia del COVID-19 obligó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a regular de manera minuciosa por primera vez en la historia del país la promoción proselitista en la que se permitirán solo caminatas y caravanas con un límite de personas, vehículos y hasta de tiempo.
Con los votos de los consejeros José Cabrera, Enrique Pita y Luis Verdesoto se aprobó el 17 de diciembre un Protocolo para la prevención del COVID-19 en la campaña electoral, que arrancará desde este 31 de diciembre hasta el 4 de febrero.
Pita expresó que este protocolo es "inédito", porque son "normas que no han existido". "Es un desafío realizar una campaña electoral en medio de una pandemia, por lo que pido a las organizaciones políticas que acojan las normas", dijo.
La norma vigente se elaboró en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se aplicará en todo el país de forma obligatoria.
Los municipios autorizarán los recorridos y dictarán lineamientos. Y, las organizaciones políticas y candidatos que la incumplan serán sancionados por las autoridades de salud, territoriales y electorales.
Uno de los principales parámetros es que si el Ministerio de Salud Pública (MSP) determina que en una población existe una tendencia al alza de los contagios, la actividad proselitista se cancelará.
La disposición es que candidatos y simpatizantes usen mascarillas médicas quirúrgicas, mantengan la distancia social de dos metros y porten alcohol en gel al 70 %.
En las caminatas está prohibida la entrega de artículos promocionales para evitar el contacto entre personas.
Los candidatos a las diferentes dignidades las encabezarán, y en la parte central deberán llevar una bandera de identificación de 30 metros de longitud, que permita el distanciamiento.
Los mensajes de los candidatos se harán en movimiento, sin detenerse.
En los cantones con más de 100.000 electores, como Quito, Guayaquil y Manta, podrán participar 200 personas, con un vehículo principal, que llevará a máximo diez candidatos.
Se permitirán caminatas dos veces al día de lunes a domingo, en un recorrido de 14 kilómetros y con una duración de 1:45 minutos.
En 145 cantones de entre 100.000 y 10.000 electores se harán caminatas con 150 personas, un vehículo con diez ocupantes. Tendrán autorización por una hora.
En otros 54 cantones con menos de 10.000 electores durarán 30 minutos con 100 personas y un vehículo con diez ocupantes.
Para las caravanas se utilizará un vehículo pesado descubierto en el que estarán los candidatos principales. Para los cantones con más de 100.000 electores se permitirán 50 vehículos; y el principal llevará hasta diez ocupantes. En los demás, hasta cuatro personas con las ventanas abiertas.
En los 147 cantones, las caravanas serán de 30 vehículos con diez ocupantes y tendrán una hora para realizarla.
Los 54 cantones con menos de 10.000 electores podrán movilizarse en hasta 20 vehículos, cuyo recorrido será de 30 minutos.
Quienes participen en estos eventos políticos no deben estar contagiados de COVID-19, no habrá dos o más eventos en una misma jurisdicción; y, cuando finalice, los organizadores deberán limpiar los desechos.
El próximo martes, el CNE socializará estas medidas a los representantes de los movimientos y partidos políticos nacionales en un Consejo Consultivo, convocado de forma virtual a las 10:00.
Enrique Menoscal, director del movimiento Centro Democrático (CD), comentó que esperaban este tipo de acciones, pero harán una propuesta a los consejeros electorales.
Que se permita el primer día de campaña y al cierre de esta una concentración política para dar a conocer a los candidatos.
Está de acuerdo en que deben evitarse contagios, pero cree que estas concentraciones con aforos limitados permitirán que la gente sepa en un acto público quiénes son sus aspirantes a la Presidencia de la República, asambleístas y parlamentarios.
Relató que su agrupación está realizando una campaña puerta a puerta para evitar aglomeraciones, por ejemplo.
"Estos controles podrían ser subjetivos porque cuando termina la caravana o una caminata, los simpatizantes se agrupan, y es difícil poder ejercer un control. Hay personas que se quitan la mascarilla, por el calor, y qué pasará cuando llueva", ejemplificó Menoscal.
El presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, Víctor Álvarez, insistió en que se eviten concentraciones, "porque son momentos en los que hay fervor de los participantes que gritan, cantan y esto aumenta el peligro de que haya atomizaciones que traspasen las mascarillas".
Teme que durante las fiestas de Navidad y Fin de Año dé paso a que en enero "haya una demanda excesiva de pacientes y el sistema sanitario colapse".
A su criterio, las caminatas y caravanas no dejan de ser un riesgo, porque la gente "no respeta el distanciamiento de dos metros. Los candidatos para hablar se quitan la mascarilla para tener una mejor locución, y el virus puede estar circulando en el aire", advirtió. (El Universo)