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Pedro Granja: La muerte del periodismo y el síndrome de Guayaquil
24/04/2020 12:29 en Opinión

El niño bonito dejó de ser una referencia para el votante, por eso, hoy, en lugar de ofrecer futuro, los políticos viven quejándose del pasado.

 

Es más lúgubre, pero más fácil. Como hablarle de la muerte a la muerte que por carecer de vida no puede morir. 

 

Entonces, los políticos necesitan contratar a sujetos que les ayuden a mantener su status. A esos sujetos, usted no le interesa. si se muere toda su familia hoy o más tarde, a ellos les da exactamente igual. Su drama, no les interesa en lo absoluto. Igual que a sus patrones. Solo les importa llegar al estado para robarse lo que pueden. 

 

Viven para adorar el dinero, es su único Dios y entonces arman plataformas para  tratar de convertir en comedia lo que realmente es una  tragedia, porque los que se están muriendo no son sus familiares ni amigos sino los nuestros.

 

Esos sujetos, ayer eran defensores de la libre expresión pero hoy pretenden suprimirla porque afecta a sus patrones, se dedican a prostituirse en cuanta calle digital exista y siempre existirán políticos decadentes dispuestos a pagar muy bien por sus servicios.

 

Ahora bien, como es conocido de sobra, muchos japoneses se enferman luego de llegar por primera vez a París con un síndrome parecido a la psicosis. Hiroaki Ota lo descubrió y lo conceptualizó como el choque entre lo que ellos creían que era la capital francesa y lo que realmente vieron después. Es tan grande la decepción que les genera una serie de trastornos psiquiátricos.  

 

Claro es muy feo enterarse que el río Sena no es azul y mágico sino marrón y gris, con aceite y heces.

 

Lo mismo pasa con el modelo exitoso guayaquileño. Los socialcristianos manejaron la ciudad durante 30 años y siempre comparaban lo que había sido la urbe bajo el dominio de los Bucaram y entonces claro, ellos eran vistos como los diseñadores de Dubai. Pero, llegó la pandemia y no se les ocurrió mejor idea que tomarse una pista, declararse enfermos y repartir cartulinas para que gente pobre embale a sus muertos. Hoy toda la inequidad social no se puede esconder más, no pueden meter más cadáveres debajo de la alfombra. 

 

El síndrome de Guayaquil, vista actualmente por TODO el mundo como el ejemplo que NO se debe seguir, puso en jaque al poder, un poder que necesita del secreto y las sombras para consolidarse. Pero, en estos tiempos la información debe fluir. Por eso, el tiempo de los voceros de la "verdad" ha terminado. Ya nadie cree en los "sacerdotes de la opinión" porque el espectador clásico del siglo XX, hoy ya no existe más. Hoy, ese espectador busca otras fuentes y también quiere opinar. 

 

El síndrome de Guayaquil provocó también una guerra sucia por callar lo que sucede y pintar las cosas como desean los PSC. Es que el PSC es como esa momia horrenda, que sin embargo se pinta los labios con un tono carmesí y sale a los bailes a tratar de ser la atracción de la fiesta. Y de tanto en tanto seduce al gobierno de turno, lo besa, lo enamora, lo siente, lo peina, lo escucha, lo graba, lo pinta y hasta se embaraza. Pero cuando el gobierno no le quiere dar lo que ellos desean, la momia se saca las vendas y asusta. 

 

El ejemplo más patético de esa confrontación la encontramos en el "periodismo", que hace rato vive una lucha a muerte entre medios correistas y morenistas. Se insultan, tienen sus propios troll center, se acusan entre ambos de tener contratos con el gobierno de turno, con Alcaldías y Prefecturas. Al final, todos ellos no pasan de ser pura y execrable mierda. No buscan la verdad, buscan manejar la información y la desinformación siempre en beneficio de las bandas que les pagan. Punto y basta.

 

En el colmo, trabajan para la "sapada". Sí, como usted lo lee. Se sienten orgullosos de gritarle al mundo que tienen acceso a informes de "Inteligencia", que no pasan de ser payasadas hechas por cualquier pendejo con un crayón, dos tijeras y una funda de goma. Este es el único país del mundo, donde los informes de "Inteligencia" que se supone son ultra secretos porque pertenecen a la seguridad nacional llegan a manos de un inimputable antes que al mismo presidente constitucional. La Inteligencia debe servir para desbaratar grupos terroristas, carteles de la droga, delincuencia organizada no para perseguir a los que tuitean en contra del capataz de turno. Esto no admite discusión. 

 

Pero lo de fondo es que, el periodista no puede ser un triste relacionista público de este regimen ni de ningún poder. Debe ser LIBRE no un lacayo mantenido con fondos públicos. De lo contrario no pasa de ser un empleado de los negociados que ya no denuncia más, salvo cuando llega otro grupo de políticos a Carondelet que ya no le dan $200.000 mensuales por tapar sus miserias y entonces pasan a ser "opositores".

 

En su guerra, el "periodismo" ecuatoriano no tiene códigos. Se acusan entre colegas, se sacan sus declaraciones de impuestos a la renta y entonces nos enteramos como un grupo de mediocres que apenas sabe leer y escribir ganan sumas millonarias, sacan dinero al exterior por sacos mientras no hay plata para pagarle a los médicos que se mataron estudiando años y que arriesgan sus vidas en medio de una crisis sanitaria sin precedentes.

 

El periodismo murió y ahora solo existe como un ejercicio de servilismo y esclavitud a viejas y nuevas mafias. El problema más grave al que se enfrentan es que existen, gracias al homo digitalis y eso los hace vivir del engaño y creen que nunca se descubrirá que sus picos de popularidad son solo el resultado de preferencias falsas a traves de cuentas falsas.

 

El homo digitalis actual es un individuo extraño. Pretende siempre ser alguien, pero en la mayoría de los casos vive escondido en el anonimato, lo cual lo lleva a ser NADIE, siempre nadie, nunca son alguien, porque no tienen estatuto ontológico. Ese homo digitalis es hoy, un obstaculo para cualquier proceso revolucionario que beneficie a los más débiles, por eso necesita ser estudiado, modificado, alimentado con ideas no con panfletos mediante los cuales les hacen creer que un grupo de rateros que solo se diferencian por los colores de sus banderas son la salvación nacional.

 

El periodismo murió pero quieren la panelización de la vida no. Ahora se concentran en devaluar la ira a mera indignación. Les conviene tener a la gente siempre indignada pero jamás movilizada.Ese es el trabajo de esta gente actualmente.

 

La energía de la indignación no pasa al plano de la acción pública, porque sin distancias la indignación digital no se traslada al campo político, se queda en el mero yo pero nunca genera transformación, es una indignación que no produce cambio alguno. Todos recuerdan la historia de los gastos reservados pero hoy, el protagonista se atreve incluso a presentar denuncias penales contra líderes sociales y la gente se indigna pero no hace nada más.

 

A diferencia de la IRA popular, el vigoroso sentimiento que movilizaba a las masas en el siglo XX hoy ya no hay masa sino un suma infinita de cobardes que no tienen ninguna posibilidad de éxito. Hombres y mujeres aislados y sin voz, donde solo impera el yo, sin ningún intento de construir un nosotros.

 

El síndrome de Guayaquil no se puede esconder más. Murieron 7 mil personas en 15 días en una ciudad de apenas 2 millones y medio de personas. Su radio de infección no ha parado porque en esto no existe la magia.

 

Dejen de creer en rameras de la desinformación que tratan de metaforizar lo macabro de la muerte y del dolor. Ellos reciben fundas mensuales de dinero de Alcaldías, Prefecturas, del mismo gobierno, todo con FONDOS PÚBLICOS para manejar dizque "campañas de publicidad". 

 

¿Para qué necesitamos publicidad en este momento en que lo que se impone es la compra de medicinas, por ejemplo?

 

Este domingo, la prestigiosa revista italiana Studi Sulla Questione Criminale publica un artículo mío sobre lo que realmente ocurrió y ocurre en Guayaquil. Queridos amigos  de Alemania, Francia, Inglaterra y España que forman parte de la European League of Criminology ya esán al tanto de esto.

 

Al final, la historia se resume así:

 

Ciertos periodistas odiaban a Correa porque no les daba contratos de publicidad. Ahora Moreno se los da, los PSC se los dan y entonces defienden esos negocios con todo el servilismo imaginable.

 

Como ciertos abogados que odiaban a Correa porque no los puso a elegir a la Corte Constitucional o a evaluar a los jueces de la Nacional o a manejar la Judicatura. Moreno le dio eso, ahora tienen mucho "éxito" cuando antes se morían de hambre porque no los contrataba ni su familia y entonces, defienden los INA PAPERS como lluvia de abril.

 

Prometimos no callar y eso haremos. Por cierto este lunes presento la denuncia penal contra Cynthia Viteri por lo del aeropuerto. Respeté su "enfermedad", espere a que se recupere, ahora ya no hay excusas para que responda y para que una Fiscalía que se supone es imparcial, investigue y la impute como corresponde, por terrorismo.

 

PD: No plagie, plagiar es feo. Comparta si le gusta y si no le gusta vaya a leer La Pauta. Gracias.

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