Los acuicultores pasan su peor crisis después del ataque de la macha blanca (1999). El coronavirusha contagiado al sector más importante de laeconomía no petrolera, y lleva a una oleada de despidos.
El camarón generó 3.890 millones de dólares en exportaciones en 2019, de los cuales $ 2.085 millones fueron a China y otros $ 363 millones a Francia e Italia, tres de los seis países con mayores casos de contagio. Y ese efecto se siente ya en los cientos de productores de la Aguada, Chacra, Guadillo, en la provincia de El Oro, así como en zonas rurales de Guayas, Manabí y Esmeraldas, donde se concentra la gran producción de crustáceos (en cautiverio).
“Estamos en indefensión”, señala Danilo Rengifo. El productor orense se refiere a que ellos están aguantando el golpe más duro: las empacadoras les pagan en unos casos en 15 días laborables y en otros en 45 días; el precio del alimento balanceado y de los insumos no baja; y el Gobierno no los ha tomado en cuenta. “Somos la última rueda del coche”.
En cultivos semiintensivos, por cada ocho hectáreas se necesitan entre 20 y 25 personas y cada hectárea requiere unos 24.000 dólares (sacando camarón de 13 gramos) para pago de empleados, compra de insumos, combustibles, electricidad, comida, larvas, sin contar los costos financieros si existiesen deudas. Son acuicultores medianos y pequeños.
Los precios de la libra cayeron entre diciembre de 2019 y el aguaje de marzo de 2020 en alrededor del 21 %. Con un agravante: desde febrero algunas empacadoras pusieron cupos de compra, por lo que mucho camarón sigue engordándose en las piscinas.
“Esto es fatal, desde enero no se han visto ingresos, trabajamos incluso a pérdida; solo el productor asume el golpe. Las empacadoras venden, solo ganan menos que antes, pero no pierden. Las empresas de balanceado, que se llevan más del 70 % de nuestra campaña, no han bajado los precios de los alimentos. Estamos trabajando para las empacadoras y las empresas de alimento balanceado”, señala Rengifo.
En el caso del banano, los embarques siguen irregulares hacia China, Italia y Medio Oriente; y algunas líneas navieras están aplicando la cláusula de fuerza mayor y cobrando más de 1.000 dólares de recargo por contenedor refrigerado.
Los efectos de China recién se sentirán la semana próxima, porque si bien unos barcos no están recalando en ese país, otras líneas navieras han estado llevando parte de la fruta. ¿A dónde se irá esa fruta? “Aún no se sabe”, dicen representantes de los exportadores, porque hay otros mercados que se están complicando. La fruta que entraba por Turquía hasta Medio Oriente se está quedando allí, hasta ver qué sucede.
LOS PAÍSES. Otros bienes que pueden resultar afectados son la madera, el cacao y la pesca, que tienen una participación importante en los diez países con mayores casos confirmados con coronavirus: China, Corea del Sur, Italia, Irán, Alemania, Francia, Japón, España, Estados Unidos y Singapur.
MAS PRODUCTOS. Hace un mes, por ejemplo, la tonelada métrica de cacao estaba en 2.790 dólares y cayó ayer a 2.598 dólares, debido a las restricciones de consumo provocadas por el coronavirus. En cambio el café y algunos minerales (como el oro y la plata) siguen con buenos precios
AEROLÍNEAS PIERDEN MÁS. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) actualizó al alza su análisis del impacto financiero del coronavirus (COVID-19) en la industria mundial del transporte aéreo. Estima ahora una pérdida de ingresos globales en 2020 para el negocio de pasajeros de entre los $ 63.000 millones, en un escenario donde el COVID-19 se mantenga “contenido” en los mercados actuales, y hasta $ 113.000 millones, en un escenario peor en el que la difusión del virus sea más amplia
El análisis previo de la IATA, emitido el 20 de febrero de 2020, fijó la pérdida de ingresos en 29.300 millones de dólares en un escenario que limitaba el impacto del virus a los mercados asociados con China.
Como explica la IATA, la razón de su pesimismo es que desde entonces el virus se ha extendido a más de 80 países y las reservas anticipadas se han visto gravemente afectadas en las rutas más allá de China.
El gremio, que agrupa a las 290 principales aerolíneas de todo el mundo, admite que los precios de las acciones de las líneas aéreas cayeron casi un 25 % desde que comenzó el brote, unos 21 puntos porcentuales más que la disminución que ocurrió durante la crisis del SARS de 2003. El País.