María Machado ||
Si los padres pudiéramos pedir un deseo en relación con los hábitos alimenticios de nuestros hijos es posible que todos coincidiéramos en lo mismo: que sean saludables y que los niños coman de todo. ¿Conseguir estos propósitos es misión imposible? ¡Claro que no! Con un poco de ganas y trabajando en ello desde la más tierna infancia, lo conseguiremos.
1. Mantener el sentido común
Se suele decir que el sentido común es el menos común de los sentidos... ¡Y qué razón! Llevados por las preocupaciones o las prisas, a veces buscamos resultados YA. Y, en temas de salud, alimentación, educación y crianza la inmediatez no siempre se puede conseguir. A la hora de proponer hábitos saludables para nuestros hijos, debemos mantener el sentido común.
2. Predicar con el ejemplo
El ejemplo es una de las herramientas más poderosas para educar a nuestros hijos. Si queremos que coman bien y que coman de todo, tienen que vernos a nosotros que llevamos una dieta variada y saludable. Y a veces, es tan sencillo, como tener un frutero lleno siempre en la cocina. De esta forma, los niños siempre tendrán fruta a su disposición, al alcance de su mano.
3. Comer todos juntos
Cuando comemos todos juntos estamos transmitiendo buenos hábitos alimenticios a los niños. Es una forma genial para que los pequeños vean cómo nos relacionamos nosotros, sus padres, con la comida, y tomen ejemplo de ello. Además, el momento de la comida o la cena puede ser una bonita forma de construir un vínculo más fuerte con los hijos, ya que estaremos creando bonitos recuerdos que recordarán (y repetirán con sus propias familias) cuando sean mayores.
4. Tener mucha paciencia
Este es el consejo, un poco manido, que todo el mundo da en todo lo relacionado con la crianza. Sin embargo, la paciencia y la calma son las mejores aliadas para cualquier padre o madre. Es posible que la primera vez que le des brócoli a tu bebé, no le guste. Y puede que a la segunda tampoco. Sin embargo, si tienes un poco más de paciencia y sigues insistiendo (sin forzarle), es posible que a la décima vez sí que se anime a comérselo. Y poco a poco, le irá cogiendo el gusto. Necesita tiempo para habituarse a las nuevas texturas y sabores.
5. No fuerces a tu hijo a comer
Cuando obligamos a los niños a comer o cuando les forzamos a probar alimentos nuevos, estamos perjudicando su relación con la comida. Además, es posible que le estemos obligando a comer más de lo que necesitan, ya que el motivo por el que no quieren comer es que ya están saciados.
6. Establecer buenos hábitos desde que son muy pequeños
Cuando los niños nacen, tienen el paladar virgen, es decir, están abiertos a cualquier sabor. Es por ello que este es el momento adecuado para empezar a instaurar ciertas costumbres alimenticias, antes de que los pequeños prueben algunos alimentos o se acostumbren a los sabores más dulces.
Por ejemplo, si desde que comienza con los sólidos acostumbras a tu bebé a tomar yogures naturales (sin edulcorar) le encantará su sabor, y no tendrá la necesidad de echarle azúcar. Sin embargo, si desde pequeño le has acostumbrado a echar unas cucharadas de edulcorante, ya no querrá retirarlas, pues el sabor dulce resulta muy atractivo.
Es por ello, que nunca es demasiado pronto para empezar a transmitir hábitos saludables a nuestros hijos.
7. Ofrecer una variedad de alimentos a los niños
Es posible que a tu hijo, por más que insistas y pruebes con distintas recetas, no le guste el brócoli, o las espinacas, o la cebolla... No pasa nada, seguro que a ti también hay algún alimento que no te gusta, y no pasa nada. Por eso, ofrecer una gran variedad de verduras y frutas a los niños les dará la oportunidad de saber cuáles les gustan y cuáles no.
8. Las frutas maduras, mejor
Si tus hijos se resisten a comer fruta, puedes probar a darles de frutas algo más maduras. Estas tienden a estar más dulces y blandas, lo que les suele resultar más atractivas.
9. Organizar las comidas
Con las prisas del día a día, a veces tiramos de comida poco saludable (precocinados, ultraprocesados, etc.) para preparar desayunos y cenas rápidas. Por eso, para asegurarnos de que siempre vamos a tener comida saludable en la nevera para ofrecer a nuestros hijos, necesitamos un poco de organización. Eso es lo que, precisamente, propone el batch cooking: dedicar un día a organizar y empezar a preparar las comidas de toda la semana.
No se trata de poner caras felices con kétchup o construir personajes divertidos con los alimentos (si bien a algunos padres sí que les funciona este método). María apuesta más por proponer las diferentes comidas que los niños necesitan en su dieta con distintas recetas: al horno, frito, junto a otros ingredientes... Y de esta forma, puede que demos con una manera más creativa y deliciosa para nuestros hijos, que ahora sí que querrán probar aquellos alimentos a los que antes se negaban.
A continuación te proponemos algunas ideas para proponer los alimentos a los niños de una forma diferente para que les resulte aún más atractivos.
- Croquetas de acelgas
Las acelgas pueden ser un poco aburridas si nos limitamos a hervirlas en agua y servirlas en el plato. Para hacerlas un poco más sabrosas y sugerentes, podemos mezclarlas con pan rallado y huevo, moldear con ellas pequeñas bolas y meterlas en el horno. En poco tiempo tendremos unas ricas croquetas de acelgas que son mucho más divertidas de comer.
- Macedonia para niños a los que no les gusta la fruta
Si tus hijos se resisten un poco a probar la fruta, puedes darle una rica macedonia en la que juntes varios sabores: naranja, fresas, un toque de aceite de oliva y un poco de pasta de dátil para darle dulzor.
- Galletas de avena y plátano
Las galletas industriales, e incluso muchas de las recetas que preparamos nosotros mismos en casa, tienen demasiada azúcar. Sin embargo, si ponemos copos de avena, con un poco de plátano machacado (si está maduro estarán más dulces) y un huevo... ¡tendremos unas galletas saludables y riquísimas que harán las delicias de toda la familia!
- Tortitas de brócoli
Con unas patatas cocidas y brócoli (mejor si está blandito), le añadimos huevo batido y 3 o 4 quesitos, hacemos una masa machacando bien todos los ingredientes. Le añadimos un poco de queso rallado, le hacemos forma circular y plana... ¡y al horno! Listas las tortitas de brócoli más ricas.
Fuente: Portal Guía infantil.