LA HISTORIA:
'El Mangajo’ confiesa el delito de distribución de material pornográfico a menores, con lo que busca librarse de pasar casi toda su vida en prisión. Pero las sentencias y las víctimas reiteran que hubo abusos sistemáticos que, incluso, involucrarían a otras personas.
“Cuando desperté había un hombre de unos 60 años vistiéndose a mi lado. Yo estaba desnuda en la cama. No sabía que pasó. ‘El Mangajo’ no solo me violó sino que me vendió a otro hombre”, cuenta Martina, que apenas cumplió 18 años. Ha relatado innumerables veces, ante fiscales, abogados, familiares y ahora a Vistazo, lo que sufrió hace más de año y medio. De comprobarse este testimonio y las pruebas de la parte acusadora, el juicio implicaría a al menos otro presunto violador. Pero eso está lejos de suceder.
Martina no es su nombre real, pues es parte del programa de protección de víctimas; y ‘El Mangajo’ es el alias con el que se autoidentificó Juan Andrés Vintimilla Vega, un joven de una acomodada familia cuencana, acusado de violador serial: buscaba a chicas en los colegios, las enamoraba con costosos regalos, las llevaba a su casa, donde las drogaba con escopolamina y metadona y abusaba de ellas, según los expedientes. Fue detenido el 26 de julio de 2018, y paga dos sentencias por violación a menores, dictadas en mayo de 2019 y enero de 2020, cada una con penas de 29 años de prisión.
El caso de Martina continúa en investigación previa y podría convertirse en la tercera condena para Juan Andrés, quien tiene 35 años y está detenido en el Centro Regional 8, la prisión de máxima seguridad en Guayaquil, conocida antes como ‘La Roca’. La defensa del procesado niega las violaciones, argumenta que todas las relaciones que las chicas mantuvieron con el procesado fueron con el consentimiento de ellas.
¿Y los cientos de videos y fotografías de las chicas desnudas y otro material aún más explícito, extraído de celulares y discos duros del acusado, que constan en los expedientes reservados? Que, además, se distribuyeron a través de chats con otras personas.
Gonzalo Realpe, abogado de ‘El Mangajo’, dice que ése es el único delito: “Haber fotografiado a las chicas. Sí, iban a su casa, tomaban alcohol, bailaban pero nada más”. Ésta es una de las estrategias de la defensa para que Juan Andrés sea condenado por un delito menor: distribución de pornografía a niños, niñas y adolescentes, para echar abajo las acusaciones de violación.
La tercera víctima
Martina tiene la piel clara, el cabello rubio, es delgada y lleva una chaqueta con capucha, que se coloca para ser grabada en un video a contraluz. Cuenta su historia aunque no le gusta hablar de eso, sino porque cree que es la única manera de hacer justicia. También porque es una forma de enfrentar lo que vivió y dejar atrás recuerdos que le hacían pensar en el suicidio como la única forma para olvidar. “No es fácil vivir con esto”, dice con voz frágil y acento cuencano.
La mamá de Martina cuenta que horas después de que arrestaron a ‘El Mangajo’, en julio de 2018, recibió imágenes en su celular en las que se veía a su hija con el detenido. La encaró y la joven le contó todo: Juan Andrés la habría seducido hasta llevarla a su casa; luego de drogarla y violarla la habría amenazado con un arma para que guardara silencio y aceptara seguirlo viendo. No solo eso, la habría vendido a otro hombre que ella dice reconocer y haber entregado el nombre a Fiscalía, pero aún no lo vinculan al caso.
Martina y su madre pusieron la denuncia días después, es decir hace más de año y medio, sin resultados concretos. En agosto próximo se cumple el plazo de dos años de investigación previa, que puede terminar en el archivo de la causa, dice Alexandra Arízaga, quien la representa a ella y a otras denunciantes. “Hemos peleado más de un año para que se abran los celulares y se extraigan las fotos y videos de Martina, lo mismo para que le hagan la evaluación sicológica. Es claro que hay interés por obstruir el proceso”, dice. La defensa asegura desconocer este tercer caso, pero afirma que en esta y otras siete denuncias contra su cliente, que están en investigación, solo se logrará comprobar el delito de distribución de pornografía. Dice también que apelará las dos sentencias existentes, aduciendo fraude procesal, porque, agrega, los exámenes médicos que se practicaron en estos dos casos no fueron determinantes para comprobar o descartar el delito sexual.
El abogado defensor de 'El Mangajo’ advierte que las relaciones íntimas fueron consensuadas, por tanto, no hubo violación. Sin embargo, admite que filmó a las chicas que enamoraba.