Tanzania está de luto este jueves, tras el anuncio del deceso del presidente John Magufuli, que dirigió este país del este de África durante más de cinco años en un mandato marcado por los grandes proyectos pero, también, por una deriva autoritaria.
El jueves por la mañana, las banderas ondeaban a media asta en la capital económica, Dar es Salaam, en el primero de los 14 días de luto nacional decretados por la vicepresidenta Samia Suluhu Hassan, que anunció la muerte del jefe del Estado el miércoles por la noche.
Será Samia Suluhu Hassan quien sustituya a Magufuli al frente del país hasta que termine el mandato de cinco años.
Oficialmente, John Magufuli (61 años) murió el miércoles por problemas del corazón, aunque uno de sus principales opositores, Tindu Lissu, afirmó que en realidad falleció de "corona" una semana antes del anuncio del deceso.
"Magufuli no murió esta noche. Tengo información, básicamente de las mismas fuentes que me dijeron que estaba gravemente enfermo, que Magufuli está muerto desde el miércoles de la semana pasada", declaró Lissu en una entrevista grabada el miércoles pero emitida el jueves en la cadena de televisión keniana KTN.
En cuanto fue anunciada la muerte del dirigente, que gobernaba desde 2015, numerosos habitantes de Dar es Salaam se dijeron "conmocionados".
"Estoy muy triste, sufro porque teníamos nuestro líder, nuestro presidente al que amábamos y que nos amaba, a nosotros, los pobres", declaró Innocent Tionoke, un vendedor callejero. "Era el presidente de los menos privilegiados", apuntó un colega, Hassan Sayid.
Magufuli, apodado el "Bulldozer", llegó al poder prometiendo luchar contra la corrupción y llevó a cabo grandes proyectos de infraestructuras, como la instalación de redes eléctricas en zonas rurales, la renegociación de contratos mineros y el impulso de la educación gratuita.
"Los pobres habían empezado a progresar, los negocios florecían y si tenías un problema, el presidente te escuchaba", consideró el jueves por la mañana, llorando, Kondo Nyumba, un kiosquero de Dar es Salaam.
Sin embargo, sus años en el poder también estuvieron marcados por una inflación galopante, poca creación de empleo y una política agresiva de recaudación de impuestos. Además, llevó a cabo una feroz represión contra la oposición, los medios de comunicación y la sociedad civil y redujo los derechos de los homosexuales y de las alumnas embarazadas.
Su reelección del pasado octubre, en un contexto de fuerte represión, con el 84,39% de los votos, fue denunciada por la oposición como una "impostura total".
"No lo lamento", soltó un vendedor de Dar es Salaam, que se identificó como William. "Habíamos preparado una vaca para matarla y ha llegado el día que esperaba [para hacerlo]. Yo no lloro, lloro por la gente que murió bajo su régimen".
Maria Sarungi, una famosa activista por los derechos de las mujeres, tampoco disimuló su alivio. "Escribir RIP [acrónimo en inglés de "Descanse en paz"] no va conmigo, no me gusta la hipocresía. Yo digo #ByeMagufuli. Eso es todo", tuiteó. (AFP)