La alteración de los sentidos del olfato y del gusto se hizo patente en marzo de 2020 cuando ya el mundo era azotada por la pandemia. Hasta la fecha, unas 100 millones de personas han sido víctimas del coronavirus. De ellas, un 60% experimenta disfunciones en el olfato, y un 10% presenta síntomas persistentes.
Esto quiere decir que en torno a 6 millones de personas sufren síntomas, y la cifra va en aumento. ¿Existe algún tratamiento para combatirlo?
Históricamente, la pérdida del olfato ha sido objeto de escasa atención en el campo de la medicina, lo que explica que se hayan realizado pocos ensayos clínicos para encontrar tratamientos.
En estos momentos hay un proyecto a contrarreloj para poner remedio a la ausencia de los sentidos, pero pasará un tiempo hasta que se publiquen sus primeros resultados.
Para bien de muchos, un grupo internacional de expertos revisó las evidencias científicas de las que se disponen en la actualidad para tratar las disfunciones olfativas provocadas por virus como el SARS-CoV-2. Aplicaron su experiencia colectiva en el tratamiento, y recientemente han publicado un documento de consenso sobre el tratamiento de las alteraciones olfativas que persisten tras la enfermedad.
El mejor tratamiento es el entrenamiento olfativo, y la aplicación de gotas de vitamina A es otra opción a escoger. Las esteroides, a pesar de no tener un papel directo en el tratamiento de la enfermedad, pueden ayudar a evitar complicaciones que, como la rinitis, pueden bloquear la nariz, declaran los expertos.
Sin embargo el Dr. Carlos Durango, otorrinolaringólogo, explica que antes de comenzar a practicar cualquier clase de tratamiento, el médico a cargo debe diagnosticar con detenimiento al paciente, ya que si no lo hace el tratamiento sería en 'vano'.
"Normalmente la patología produce un daño a nivel del nervio, hay veces que el paciente pierde el olfato pero hay otras en la que lo distorsiona", y continúa explicando "tengo pacientes contagiados que tienen cacosmia, que es olor fétido, en muchas ocasiones como excremento".
Por ende si no se descarta a tiempo cualquier clase de patología que impida oler, exceptuando a la afección del COVID-19, no se puede iniciar dar inicio a la 'reeducación olfatoria'.
¿Qué es el entrenamiento olfativo?
El entrenamiento olfativo es un tipo de terapia que se utiliza desde hace algún tiempo por olfatólogos para curar desórdenes olfativos. Estos tienen la ventaja de no provocar efectos secundarios a quienes lo realizan, y además no necesitan de prescripción médica. Es barato, y pueden realizarlo en la comodidad de su hogar.
En su formato tradicional este tipo de entrenamiento consta de cuatro olores: clavo, rosa, limón y eucalipto. Sin embargo, hay más elementos domésticos que proporcionan un amplio abanico de olores, los pacientes pueden escoger los que más les gustan o con los que tienen algún tipo de conexión.
El limón, la nuez moscada, el clavo de olor, la menta, el café molido, la cáscara de naranja, la canela, el coco y el eucalipto son los elementos más frecuentes y utilizados por los pacientes. Una buena guía para aprender la técnica del entrenamiento se encuentra en la web de la ONG Fifth Sense.
"El entrenamiento olfativo estimula la regeneración de las neuronas especializadas, lo que ayuda a recuperar la función olfativa", algunas de las investigaciones han demostrado que además pueden generar cambios en las áreas del cerebro relacionadas con el sentido del olfato.
Estudios más recientes relacionan a los cuatro olores que se utilizan en los entrenamientos con el constante cambio, cada doce semanas mínimo. Los resultados de los estudios demuestran que el nuevo enfoque hace posible un mayor grado de recuperación del olfato.
La paciencia es la clave, claman los estudios, ya que han expuesto que los entrenamientos tendrán aún mejor resultado cuanto más se prolonguen (en número de semanas). Es decir que habría que seguir con ellos aunque no se perciba una mejora inmediata.
Si una vez reeducado el olfato, el paciente no encuentra mejora después de una severa cantidad de tiempo, se necesitaría una segunda opinión médica que debe ser derivada a un especialista. Aún más si se sufren de distorsiones olfativas incapacitares, conocidas como 'parosmias'. Sin embargo, el entrenamiento olfativo es un primer gran caso para iniciar la recuperación. (El Universo)