Según estudios recientes de la Universidad Laval (Canadá), el resveratrol aumenta la concentración de la proteína ACE2, la misma que reduce el síndrome de dificultad respiratoria aguda, uno de los graves síntomas del COVID-19, informa el periódico ruso Izvestia.
La uva contiene en gran manera esta sustancia, sobre todo en el hollejo o piel y las pepitas, y se transmite a los vinos mediante la duración de la maceración, especialmente las largas, y la fermentación. Cada litro de vino tinto contiene entre 1 y 7 miligramos de resveratrol.
El artículo cita varias investigaciones y opiniones de especialistas y científicos. La investigación todavía se encuentra en una fase inicial y con pruebas realizadas a animales. Román Zinovkin, investigador principal del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Estatal de Moscú M.V. Lomonósov, explica que, por un lado, un aumento en la cantidad de ACE2 incrementa la probabilidad de que el virus entre en la célula. Sin embargo, por otro lado, cuando esta enzima "deja de funcionar", ello conduce a un aumento en la cantidad de un péptido llamado AngII, que puede reforzar "la respuesta inflamatoria".
"Por tanto, en mi opinión, la falta de ACE2 y el exceso de AngII influyen negativamente en el desarrollo del COVID-19", señala Zinovkin.
La proteína ACE2, está presente en los tejidos de los pulmones y el sistema digestivo. Lucia Malaguarnera, investigadora de la Universidad de Catania (Italia), explica que el antioxidante tiene un efecto supresor sobre las células del sistema inmunológico.
"Teniendo en cuenta que el síndrome de dificultad respiratoria aguda está provocado por una actividad excesiva del sistema, es probable que el resveratrol tenga un efecto positivo en el caso de esta complicación", asegura.
Por su parte, Filip Kopylov, profesor del Departamento de Cardiología, Diagnóstico Funcional y de Ultrasonido de la Universidad Séchenov, indica que el resveratrol "es uno de los agentes que realmente puede afectar la concentración de ACE2". Asegura además, que aunque varias pruebas realizadas en animales, demuestran que la cantidad de ACE2, esto "no significa que el efecto en los humanos sea el mismo",y advierte que la investigación "aún se encuentra en una etapa inicial".