Las fuertes lluvias torrenciales que asolan el este de Australia desde hace una semana obligaron a la evacuación de al menos 18.000 personas debido a las inundaciones y al riesgo que estas suponen para la vida de los ciudadanos. Tras fuertes lluvias registradas en la madrugada del lunes, los expertos en meteorología advirtieron que la situación podría agravarse y que los aguaceros persistirán al menos hasta el miércoles.
Casas totalmente anegadas por el agua, parques convertidos en lagos y vacas con las patas hundidas en el agua. Escenas como esta se han convertido en cotidianas en el estado de Nueva Gales del Sur, en Australia, donde las fuertes lluvias torrenciales, que empezaron la semana pasada, han causado muchos estragos debido a las intensas inundaciones.
A pesar de que estimaron que los aguaceros terminarían el miércoles, los meteorólogos advirtieron que las lluvias podrían empeorar tras otro violento temporal registrado en la madrugada del lunes. Por el momento, el desbordamiento de los ríos y crecidas del agua ya han obligado a la evacuación de al menos 18.000 personas.
Las inundaciones se centran en la costa de Nueva Gales del Sur, en oeste de la ciudad de Sídney y están empezando a afectar también al estado vecino de Queensland. En la región golpeada por el temporal, un total de 38 localidades fueron declaradas en estado de desastre natural a raíz de las peores inundaciones que ve el país en más de 60 años.
Miles de evacuados por las inundaciones
De los 18.000 evacuados, 15.000 pertenecen a la costa norte de Nueva Gales del Sur. Allí, cayeron 900 milímetros de lluvias en los últimos seis días y 35 localidades siguen aisladas. Las otras 3.000 personas afectadas provienen del oeste de la ciudad de Sídney, según informó la primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian.
"No sé de ningún momento en la historia de nuestro estado en el que hayamos tenido este tipo de condiciones meteorológicas extremas en una sucesión tan rápida de tiempo y en medio de una pandemia", dijo Berejiklian a los periodistas durante una comparecencia pública en Sídney.
La tragedia en la zona se siente duplicada, ya que esta misma fue uno de los focos de los devastadores incendios forestales de Australia entre 2019 y 2020, conocidos como el “Verano Negro”, que derivaron en una intensa sequía. Los investigadores climáticos han advertido que se prevé que Australia sea especialmente propensa a los fenómenos meteorológicos extremos debido al calentamiento global.
En algunas partes del oeste de Sídney la alerta por lluvias se rebajó, pero las autoridades a cargo siguen pendientes de la situación en suburbios como el de Windsor, expuesto al peligro de la crecida del río a pesar de su puente. La represa Warragamba Dam, la principal proveedora de agua en Sídney, se encuentra en su máxima capacidad desde la semana pasada y comenzó a desbordarse el sábado.
Amenaza de nuevas lluvias torrenciales
"Nos estamos preparando para una semana muy difícil", dijo la jefa del Gobierno de Nueva Gales del Sur, Berejiklian. Y es que los expertos estiman que las lluvias e inundaciones podrían empeorar por la llegada de nuevas borrascas.
"Se van a hacer notar esta noche y hasta mañana (…) y se espera que su efecto se disipe el miércoles", aseguró la experta de la Oficina de Meteorología, Helen Kirkup, a la agencia ‘EFE’.
En los alrededores de Sídney, en el valle de Hawkesbury Nepean, se espera que los ríos alcancen niveles no vistos desde 1961. Desde el inicio del temporal son muchos los ciudadanos que han vivido situaciones como la de Larry Powers, un residente de Pitt Town al que los servicios de emergencia tuvieron que ir a rescatar este lunes tras quedar atrapado en su propiedad.
Las crecidas de agua han obligado a cortar gran parte del transporte público, al cierre de 200 escuelas y al aislamiento de muchos pueblos, por lo que el Gobierno sostuvo que no descarta pedir ayuda al Ejército para paliar la situación.
"Tenemos helicópteros listos y otras cosas para apoyar en la búsqueda y rescate", dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, durante una entrevista con la cadena de radio ‘2GB’, y aseguró que desde el Ejecutivo se darán ayudas económicas a los afectados por esta catástrofe.
Todavía no se han calculado los daños del temporal, pero los servicios de emergencia ya han recibido al menos 8.800 llamadas de auxilio desde que comenzó la crisis y han asistido a cientos de personas. De momento, no se han registrado víctimas mortales ni heridos graves derivados de las inundaciones. (EFE, AFP y Reuters)