Tras las goleadas sufridas en sus dos partidos más recientes de la eliminatoria mundialista (3-0 con Uruguay, en Barranquilla; y un escalofriante 6-1 ante Ecuador, en Quito), Carlos Queiroz dejó de ser el técnico de la selección de Colombia, confirmó la noche del martes pasado la Federación de Fútbol de ese país. Ambas partes “acordaron la no continuidad del entrenador”, afirmó la Federación Colombiana de Fútbol mediante un comunicado.
Por ahora afición y directivos se inclinan por volver a confiar en los estrategas locales, que clasificaron a tres mundiales consecutivos en los 90, pero que fracasaron en la década siguiente.
La principal carta extranjera es la del argentino José Pékerman, quien ya dirigió a Colombia entre 2012 y 2018.
El DT es idolatrado en el país por haber llevado al equipo a los cuartos de final de Brasil 2014, la mejor presentación de los cafeteros en su historia mundialista.
Sin embargo, Pékerman renunció al cargo hace apenas dos años y parece improbable que a sus 71 años decida volver al banquillo para resucitar a un equipo desmejorado.
Reinaldo Rueda, campeón de la Copa Libertadores con Atlético Nacional en 2016, fue un nombre que ilusionó a la afición colombiana en los días que sucedieron a la dolorosa goleada en Quito. Pero Rueda, de discreta campaña con Chile, fue ratificado en su cargo.
Las miradas también apuntan a Juan Carlos Osorio, extécnico de México. Pero Osorio viene de fracasar estruendosamente con Atlético Nacional, al que abandonó prematuramente en noviembre. Hernán Darío Gómez y Luis Fernando Suárez, entrenadores colombianos que clasificaron a Ecuador a los mundiales de 2002 y 2006, respectivamente, también están entre los candidatos.
Pero Bolillo Gómez salió de la selección Colombia en 2011 en medio de un escándalo por agredir a una mujer y no pocos lo ven como el regreso al pasado. En tanto que Suárez ajusta más de una década sin dirigir en la eliminatoria sudamericana y su experiencia más reciente al frente de una selección fue con Honduras, a la que llevó a Brasil-2014.