Fue hace 45 años cuando Jill Biden hizo clases como profesora por primera vez y, aunque su esposo sea Joe Biden, el nuevo presidente electo de Estados Unidos, no piensa dejar las aulas. Tampoco lo hizo cuando ejerció como segunda dama y su marido era vicepresidente.
Jill Tracy Jacobs —su nombre de “soltera”— nació en Hammonton (Nueva Jersey, Estados Unidos) y es la mayor de cinco hermanas, lo que la impulsó a ser una mujer independiente desde muy temprana edad. Con sólo 15 años trabajó como camarera en la costa de Jersey. “Quería mi propio dinero, mi propia identidad, mi propia carrera”, dijo al diario The New York Times.
En 1975 se graduó con una Licenciatura en Artes y en Inglés en la Universidad de Delaware, en la misma época que conoció a su esposo. Comenzó su carrera en la educación como profesora sustituta y casi una década después sacó una maestría en Educación en la Universidad de Pennsylvania.
Tras pasar dos años sin trabajar, por la crianza de su hija con Joe y sus dos hijastros, decidió hacer clases por media década en el hospital psiquiátrico Rockford Center. En 1987, recibió su segundo título de posgrado en la Universidad de Villanova en una maestría en Artes.
Jill pasó trece años haciendo clases en escuelas secundarias públicas, ganándose el cariño y respeto de varios alumnos que destacaron su trabajo, según indicó un artículo del medio Miami Herald.
Luego, entre 1993 a 2008, se dedicó a hacer clases en el colegio comunitario de Delaware. “Siento que puedo hacer una mayor diferencia en sus vidas. Me encanta esa población. Me siento realmente cómoda”, dijo respecto a ejercer en la educación pública, tal como señaló un artículo del diario The Washington Post.
La profesora además creó la fundación Biden Breast Health Initiative, una organización sin fines de lucro fundada en 1993 y en la que trabajó arduamente por 15 años. En 2007 sacó un doctorado en Educación, específicamente en liderazgo educativo, en la Universidad de Delaware.
Durante los periodos en que su esposo se postuló para presidente y vicepresidente, Jill siguió enseñando en las aulas. Desde 2008 continuó ejerciendo su profesión cuatro días a la semana en el colegio comunitario de Delaware, Delaware Technical & Community College.
Una vez convertida oficialmente en segunda dama, decidió impartir dos cursos de inglés como profesora adjunta en el campus de Alexandria del colegio comunitario Northern Virginia, el segundo más grande de la nación. Fue gracias a este trabajo que Jill se ganó el título de la “primera segunda dama en tener un trabajo remunerado mientras su esposo era vicepresidente”, según el diario Los Angeles Times. En las campañas presidenciales de 2012 tampoco cesó sus clases.
Tras la elección de su esposo como presidente, a sus 69 años la docente no tiene pensado dejar la educación, aunque oficialmente sea la primera dama electa. “Soy una mujer trabajadora. Enseñar es mi pasión, es lo que amo hacer. Ha sido mi carrera y el mayor foco de mi vida, así que siento que puedo manejarlo y hacer todo lo que las primeras damas quieren hacer”, comentó en una entrevista con la revista Vogue, según recogió el diario español El País.
Fuente: ADN.